Branda da Aveleira y sus passadiços: un rincón olvidado que renace entre naturaleza, historia y paisaje.

¿Qué es Branda da Aveleira?

La palabra branda en el contexto tradicional del norte de Portugal alude a asentamientos temporales de montaña donde, en primavera y verano, subían los pastores con sus rebaños en busca de pastos frescos.

La Branda da Aveleira —situada en la freguesía de Gave, municipio de Melgaço, en la vertiente septentrional de la Serra da Peneda— está a unos 1.050–1.100 metros de altitud.

Antiguamente, era uno de esos asentamientos estacionales: cuando llegaba el calor, los pastores —los llamados “brandeiros”— subían con ganado (ovino, bovino, caprino, hasta caballos). El terreno bajo quedaba libre para cultivar maíz y frijol.

Hoy, aunque la trashumancia ha disminuido, la aldea no ha desaparecido: se ha reconvertido parcialmente en destino de turismo rural, con varias casas restauradas (las llamadas cardenhas) —más de 70 construcciones tradicionales en granito componen el núcleo urbano.

Así, Branda da Aveleira representa una mezcla de patrimonio arquitectónico, tradición rural y naturaleza montañosa — un refugio que nos habla de un modo de vida pausado y conectado con la tierra.

Los passadiços y el entorno natural

Una de las razones más especiales para visitar Branda da Aveleira hoy en día son sus passadiços (pasarelas de madera), construidas a orillas del río Río Aveleira —un afluente del río Vez—, justo en un tramo con una pequeña presa tradicional de mampostería.

Estas pasarelas permiten recorrer la ribera, adentrarse en el bosque y disfrutar del agua cristalina desde muy cerca. El contraste entre la madera, la piedra, el agua y el verde de la montaña crea un ambiente muy evocador y reposado.

Además, como parte del conjunto de rutas de la zona, hay senderos señalizados: entre ellos, el Trilho da Branda da Aveleira —una ruta circular de unos 6,1 km que comienza junto a la ermita de la “Sra. da Guia” y atraviesa campos, muros de piedra tradicionales (las “canejas”), bosques, y ofrece magníficas vistas del valle glaciar del río Vez.

🕰 Historia, arquitectura y cultura

  • Durante siglos, Branda da Aveleira fue un ejemplo clásico de economía pastoril estacional en las montañas del norte portugués: la trashumancia entre tierras bajas e “inverneiras” y tierras altas o “brandas”.

  • Con el paso del tiempo, la emigración provocó que la aldea se vaciara en las décadas de 1960-70. Pero a finales del siglo XX y comienzos del XXI, muchos de sus habitantes regresaron o bien inversores y promotores decidieron rehabilitar las viejas casas de granito para turismo rural.

  • Las “cardenhas” —viviendas típicas, de planta baja y piso con piedra y madera— se restauraron respetando su arquitectura tradicional. Algunas están disponibles para alojamiento.

  • La propia aldea —su disposición, sus elementos rurales, los muros de piedra — es un testimonio material de la cultura de montaña y trashumancia del Alto Minho.

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